viernes, 15 de agosto de 2008

Esto me pasa por trabajar (tanto)


Dos días de cama tras la juerguecilla laboral

Yo sabía que tanto trabajo no iba a ser gratuito. Luego de hacer cada vez más extensas las jornadas de trabajo (el lunes comencé a las 4:00 a.m. y terminé a las 0:00 del martes), y cada vez menos horas de cama (unas seis horas de sueño diario), con nulos días de descanso (domingos? qué es eso?), la cosa tenía que reventar.
Dos días de cama para reposar frente al estres y consecuencias físicas derivadas del ambiente de trabajo.
¡Y después mis amigos me dicen que "estan cansados" y "no ven la hora de que lleguen las vacaciones"! ¡Qué graciosos! Ellos, que trabajan como mucho cinco horas por días, descansan dos días por semana, tienen amplias vacaciones y -en el trabajo- reconocen que no hacen gran cosa.
Calculo que no aguantarían ni un mes el ritmo de trabajo que llevo.
En fin, así es la vida. Y ellos se llevan las casas en lugares residenciales, los coches nuevos, y las mujercitas como modelos (bueno, casi.)

No hay comentarios: