lunes, 7 de julio de 2008

Al agua pato!



Antes de comenzar, me siento en la obligación de aclarar que quien ésto escribe posee una cierta experiencia en blogs -todas catastróficas. Digamos por otra parte que esas malas experiencias se dividen en dos partes: en la creación y en la publicación. No sé porqué Blogspot no me quiere. No hay forma de lograr que los formatos que aplico permanezcan en la entrada. El texto aparece con la fuente que se le ocurre, no la que le indiqué; las líneas exceden largamente los márgenes sugeridos y las imágenes hacen turismo por el post, negándose a permanecer allí donde las ubiqué.
En cuanto a la publicación, debo reconocer mi parte de culpa: para que un blog prospere hay que incluir en él contenido interesante, publicitarlo adecuadamente y ser consecuente en el tiempo para que los ocasionales lectores permanezcan fieles. Nunca cumplí las tres condiciones en forma concomitante, y algunas las ignoré de plano.
¿No es patético comenzar un blog disculpándome por su posible fracaso, habida cuenta las experiencias anteriores? Tal vez sí, pero reconozco en ésto un rasgo de mi personalidad.
Para conocer otros aspectos de la misma, deberán esperar la próxima entrada...


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